El alcalde de Lleida, Fèlix Larrosa, acompañado de las tenientes de alcalde Carme Valls y Cristina Morón y del concejal de Fiestas, Xavi Blanco, ha presidido la reunión de coordinación entre todas las áreas municipales que participan en la organización del Abierto del Centro Histórico.

Amplio dispositivo de seguridad para el Abierto del Centro Histórico

La Guardia Urbana de Lleida, con la colaboración de los Mossos d'Esquadra, ha previsto una cincuentena de efectivos que realizarán controles policiales aleatorios en los principales puntos neurálgicos de la fiesta, sobre todo para evitar la entrada de armas blancas

La Guardia Urbana de Lleida, con la colaboración de los Mossos d'Esquadra, ha previsto una cincuentena de efectivos que realizarán controles policiales aleatorios en los principales puntos neurálgicos de la fiesta, sobre todo para evitar la entrada de armas blancas

El Ayuntamiento de Lleida ha previsto un amplio dispositivo de seguridad para el Abierto del Centro Histórico. La Guardia Urbana de Lleida, con la colaboración de los Mossos d'Esquadra y en coordinación de la Concejalía de Fiestas, ha previsto una cincuentena de efectivos que realizarán controles policiales aleatorios en los principales puntos neurálgicos de la fiesta, sobre todo en lo que se refiere a la tenencia de armas blancas.

El alcalde de Lleida, Fèlix Larrosa, acompañado de las tenientes de alcalde Carme Valls y Cristina Morón y del concejal de Fiestas, Xavi Blanco, ha presidido la reunión de coordinación entre todas las áreas municipales que participan en la organización del Abierto del Centro Histórico.

El dispositivo de seguridad es muy similar al del año pasado, aunque existe un refuerzo extraordinario a los puntos que se consideran más relevantes desde el punto de vista de interés policial. En este sentido, se destinarán una cincuentena de efectivos (patrullas y policías con rondas a pie) que velarán, en concreto, para evitar la entrada de armas blancas con controles con detectores de metales.

Así, se ha previsto realizar un cierre no físico, tipo embudo, en los lugares donde haya mucho flujo de personas, donde se pondrán vallas con personas de seguridad de la empresa privada y agentes de la UPO situados estratégicamente que irán realizando controles aleatorios.