Ilerda vuelve a ser Medina Larida tras la reconquista de las tropas moras
Las celebraciones del fin de semana festero han culminado con la victoria mora en la tradicional batalla de la Fiesta de Moros y Cristianos en la Seu Vella
Las celebraciones del fin de semana festero han culminado con la victoria mora en la tradicional batalla de la Fiesta de Moros y Cristianos en la Seu Vella
Lleida, hasta ahora bajo la ocupación cristiana y con el nombre de Ilerda, ha sido reconquistada por las tropas moras encabezadas por el caid moro de los Aleridís. Las cristianas, capitaneadas por el conde de los Pallaresos, han perdido la ciudad que durante el próximo año, llevará el nombre de Medina Larida mientras esté en manos moras. Las tres milicias moras de los Aleridís, los Banu-Hud y los Musa han batallado contra los cristianos Pallaresos, Anglesola y Urgellencs en la batalla final en la Seu Vella.
Por la mañana, ha tenido lugar el desfile infantil de las comparsas con los componentes más jóvenes de la Fiesta de Moros y Cristianos, que han lucido sus galas festivas desde el Roser, por la calle Cavallers y por la calle Mayor hasta llegar a la plaza Sant Joan, donde ha tenido lugar la tradicional presentación de las Bandas de Música y el posterior Concurso de Bandas. Este año, han participado Ilerband - la Banda de calle de Lleida, la Banda Municipal de Música Ciudad de Fraga, la Banda de la Unión Musical Senienca, la Banda de Música Ciudad de Benicarló, la Asociación Banda La Valenciana de Barcelona y la Banda de música de la Asociación Musical Miralbueno.
Por la tarde, las seis comparsas de Moros y Cristianos se han concentrado en la Puerta del León de la Seu Vella para iniciar el desfile de lucimiento de las tropas de ambos bandos en un itinerario que ha recorrido las calles Sant Martí, Tallada y Cavallers; para seguir por la avenida de Blondel y la avenida de Madrid hasta el Palau de la Paeria. En esta zona se han habilitado sillas para que el público pudiera seguir el espectáculo.
Por la noche, las tropas cristianas y moras se han librado a una cruenta batalla final con el texto a cargo de Antoni Gelonch Viladegut. Continuando con la tradicional alternancia de vencedores y vencidos, el bando moro ha vuelto a ocupar la ciudad, poniendo fin a la ocupación del último año del bando cristiano.