Lleida homenajea con una exposición Salvador Seguí, “el Noi del Sucre”, en el centenario de su asesinato
Lleida homenajea con una exposición Salvador Seguí, “el Noi del Sucre”, en el centenario de su asesinato. La sala de exposiciones de la Paeria acoge la muestra de este líder sindicalista leridano, organizada por el Ayuntamiento, la Dirección General de Difusión mediante el Palau Robert y la Consejería de Empresa y Trabajo. Tras exponerse en el Palau Robert, la muestra llega a Lleida donde podrá verse hasta el 17 de marzo, con acceso libre y gratuito.
Lleida homenajea al líder sindicalista leridano Salvador Seguí, conocido como “El Noi del Sucre”, con una muestra que se enmarca en la conmemoración este 2023 del centenario de su asesinato. La exposición, que se inaugura esta tarde, hace un recorrido por su vida y su tiempo, en un momento en que Cataluña se convirtió en una sociedad industrial, siendo Seguí uno de los principales protagonistas. La Sala de Exposiciones de la Paeria acoge hasta el 17 de marzo de 2024 la muestra, organizada por el Ayuntamiento de Lleida, la Dirección General de Difusión mediante el Palau Robert y la Consejería de Empresa y Trabajo. Comisariada por Sergi Martín, cuenta con el asesoramiento científico de Teresa Abelló, el guión expositivo del leridano Iago Blasi y el diseño museográfico del Estudio Ignasi Cristià. Además, ha colaborado el Instituto de estudios Ilerdenses (IEI) de la Diputación de Lleida.
El paer en cap, Fèlix Larrosa, acompañado de la concejala de Cultura y Promoción de la ciudad, Pilar Bosch, presidirá el acto inaugural de la exposición, con la directora general de Difusión del Departamento de la Presidencia de la Generalitat, Eva Pomares; la delegada territorial del Govern en Lleida, Montse Bergés, y el co-comisario de la exposición, Iago Blasi. La Corporación Municipal asistirá al acto, junto con una amplia representación de autoridades, así como miembros de entidades, entre ellas los sindicatos UGT, CCOO, USOC y CGT.
Salvador Seguí fue uno de los líderes más destacados del movimiento anarcosindicalista de Cataluña de principios del siglo XX. De formación autodidacta, destacó especialmente por su capacidad oratoria y de organización y por su lucidez política. Detrás de un apodo que hace pensar en un personaje de ficción, se esconde una personalidad clave para entender el origen y la evolución de los movimientos sociales en el país.
La exposición se pudo visitar en Palau Robert hasta el pasado mes de septiembre. Ahora llega a Lleida con la voluntad de dar a conocer la figura de este leridano, a menudo olvidado o reivindicado con la boca pequeña. Cien años después de su asesinato, una realidad empeñada en repetirse da plena vigencia a su discurso.
Recorrido por la vida de Salvador Seguí
La exposición propone un recorrido por la vida del Noi del Sucre, que fue, también, la de muchos miles de obreros. Lo hace mediante recursos museísticos clásicos, reproducciones fieles -los vagones que llevaban el campesinado del campo hacia la ciudad, el interior de una fábrica, los cafés donde se reunían, etc.-, documentos, grabaciones sonoras, audiovisuales, fotografías, mappings y otras herramientas y recursos de soporte.
Así, en un trayecto que comienza con la llegada a Barcelona y que termina con la explosión de violencia y el asesinato de Seguí, se percibe de cerca su trayectoria vital y la de la familia y los amigos, para acabar visualizando los logros alcanzados y el legado que él y sus compañeros de lucha dejaron en herencia.
El Noi del Sucre y los 100 años de la jornada de 8 h
A principios del siglo XX, en una Barcelona que estalla de miseria y de rabia, Seguí se erige en el líder natural de una clase obrera que toma conciencia de sí misma y se da cuenta de su poder. Al frente de la CNT, el Noi del Sucre contribuye a la consecución de hitos inimaginables, como la aprobación de la jornada laboral de ocho horas.
Seguí es un personaje inclasificable, un hombre de acción y de formación autodidáctica quien, en una época en la que frecuentan las bombas, tiene en la palabra su principal arma. Admirado e incómodo a partes iguales. Practicando ferviente de lo que años más tarde se llamará cultura del pacto.
La entrada a la exposición es libre y gratuita. El horario de la Sala de Exposiciones de la Paeria, ubicada en la av. de Blondel, 40 -en la planta baja del edificio Casino Principal-, es de martes a viernes, de 17 a 20 h; los sábados, de 11 a 14 y de 17 a 20 h, y los domingos y festivos, de 11 a 14 h. Para visitas concertadas, puede contactar con Nomon 637 536 163.
Espacios de la exposición
Primera parte: infancia y juventud. La historia de Salvador Seguí es paralela a la historia del movimiento obrero en Cataluña. Su familia llegó a Barcelona desde la comarca del Urgell para trabajar. Como tanta gente del país, y también de Valencia, Murcia o Almería, que llenó las fábricas y construyó el paisaje de la ciudad industrial, que en buena parte ha llegado hasta nuestros días. La relación entre los trabajadores y los dueños no era fácil. La violencia era tan cotidiana como la miseria. Salvador Seguí enseguida se relacionó enseguida con los movimientos libertarios que vertebraban la organización de los obreros. Como joven radical vivió los años de la Barcelona conocida como la Rosa de Foc y probó pronto la represión y la cárcel.
Segunda parte: carisma y liderazgo. Rápidamente Seguí cogió llamada. Sus discursos eran antológicos, podía hablar horas, discutir y convencer. La Barcelona de entonces estaba llena de cafés y tabernas donde surgían tertulias y encuentros. Naturalmente, esto era un entorno propicio para Seguí.
El chico del Sucre combinaba el ocio y conversación con la práctica política. Su carisma, su pragmatismo y una oratoria inapelable le proyectaron hacia el liderazgo del principal sindicato obrero en Cataluña: la Confederación Nacional del Trabajo.
Tercera parte: la violencia. Barcelona, y buena parte de la Cataluña industrial, entraron en una espiral de violencia entre 1919 y 1923. Obreros y sicarios a sueldo de la patronal se enfrentaban a tiros por las calles. Este período ha pasado a la historia como los años del pistolerismo. En un fragmento de la revista La Campana de Gracia se podía leer lo siguiente: El uso de la pistola se ha convertido en algo tan corriente como la pluma estilográfica en los que saben de escribir o la pipa en los que tienen el vicio de fumar -ahí. Una Star o Browning no tienen mucha más importancia que una caja de cerillas. Es un signo doloroso de esa crisis.
A pesar de su rechazo frontal a la violencia y su constante búsqueda del pacto, Salvador Seguí fue una de los cientos de víctimas del pistolerismo.
Epílogo: el mito intermitente. La figura de Salvador Seguí se ha reivindicado sistemáticamente en tiempo de democracia. Sucedió así en los años 30 durante la II República. El franquismo trató de borrarlo de la memoria pero no lo logró. Con la Transición, se recuperó su nombre a través de estudios, programas de televisión y calles y plazas en distintas poblaciones del país. Su pensamiento y su lucha por la dignidad de la clase trabajadora es todavía hoy una referencia. Los tiempos han cambiado pero su testimonio sigue vivo.